Los niños necesitan descubrir el mundo que les rodea, para que puedan conocerlo y valorarlo de una manera espontánea. Por esta razón, se creó el concepto de una granja escuela, que se trata de un lugar especial para que ellos logren aprender más sobre su entorno, refuercen el valor del respeto y despierten una pasión por el planeta que les llevará a cuidarlo siempre.

Entrar en contacto con la naturaleza es una forma creativa de desarrollar las capacidades intelectuales, porque se abre paso a la curiosidad que caracteriza a los más pequeños de la casa.  En muchas ocasiones, los padres tienden a limitar a sus hijos a tocar lo que está a su alrededor, para que no se ensucien o por miedo a que un animal les lastime.

Sin embargo, aunque tener cuidado no es una exageración, no hay razones para evitar que ellos conozcan los colores, las texturas y los olores que emergen de la tierra y de diversos seres vivos. Estar cerca de las flores, las plantas, las rocas, los insectos, etc. es una excelente oportunidad para aprender un poco sobre la vida. Sin duda alguna, se fortalece la creatividad y la seguridad personal al vencer los temores.

Granja escuela¿Por qué asistir a una granja escuela?

La idea de asistir a una granja escuela es, precisamente, adquirir nuevos conocimientos. Con la ayuda de profesionales, los jóvenes pueden fortalecer su cultura, mientras se divierten con actividades creativas. En este sentido, se rescatan valores como la autonomía, el compañerismo y la esencia de compartir.

De igual forma, se estimula a los niños a que se conozcan a sí mismos y fortalezcan sus propias potencialidades. Así como lo dice la teoría de las Inteligencias Múltiples, de Howard Gardner, todos poseen una manera de ser diferente, el aprendizaje no ocurre de la misma manera en cada uno.

Bajo esta premisa, se realizan dinámicas para incentivar los diferentes tipos de destrezas. Por ejemplo, salir a cabalgar es perfecto para mejorar la inteligencia cinético-corporal; mientras que la apicultura es ideal para motivar la inteligencia naturalista.

La edad nunca será un límite para crecer, por lo tanto, si mamá y papá quieren formar parte de esta experiencia inigualable también pueden participar. El espíritu de aventura jamás se debe perder y menos si se habla de las nuevas generaciones.