Cuando los abogados divorcios Sevilla hacen alguna recomendación, es porque la práctica profesional les permite asegurar cuál es la alternativa legal más favorable para resolver determinados asuntos.
El divorcio no escapa de ello, la experiencia permite que exista unanimidad entre todos estos profesionales, para recomendar a cada cliente esforzarse por lograr un divorcio amistoso, es decir, uno en el que sobre todas las decisiones relativas al mismo haya un común acuerdo entre los cónyuges.
Divorciarse en estos términos tiene ventajas para todos los afectados por la decisión. En primer lugar para los cónyuges, porque el procedimiento es mucho más breve que la forma contenciosa.
Así mismo, permite que no se complique el estado emocional de estos, añadiendo más razones para tener sentimientos negativos contra el otro, ya que un divorcio contencioso, es una disputa en la que por cada aspecto sobre los bienes, hijos y demás, los cónyuges encuentran un motivo para iniciar una discusión.
Y por último, es más económico, porque es más breve y además porque sólo se necesita un abogado cuyos honorarios pagan entre los dos.
La prioridad de cada decisión: los hijos
Cuando los cónyuges tienen hijos comunes, el divorcio de mutuo acuerdo se convierte en una necesidad; no porque así lo estipule la ley, sino que porque el bienestar de ellos está íntimamente relacionado con la forma en que se aborde esta situación.
Debe tenerse claro que comunicarles la decisión de divorcio siempre tendrá un impacto negativo, es una respuesta natural. Pero esto, no tiene por qué ser permanente, en la medida en que ambos, expliquen y demuestren con hechos que la decisión es la mejor para todos, ellos se irán aceptando el cambio.
Aunque parezca muy difícil imaginar un divorcio amistoso, estos si ocurren y son más frecuentes de lo que puede imaginarse; simplemente se necesita un poco de esfuerzo y priorizar el bienestar propio y de los hijos.